Santa Eulàlia

En 1550, el consejero Bonaventura de Gualbes sufragó la ejecución de las imágenes en piedra de los patrones de Barcelona, ​​Santa Eulalia y San Severo, para que fueran colocadas en la fachada gótica del Consejo de Ciento; en las esquinas, en elementos arquitectónicos ya existentes, ménsula y dosel. Entre el 1831 y el 1847, el arquitecto Josep Mas llevó a cabo reformas en el edificio. La más importante fue la construcción de una nueva fachada para la plaza de Santiago, que comportó la mutilación de buena parte de la fachada medieval. La figura de San Severo del siglo XVI se perdió en el curso de las obras. La figura de santa Eulalia permaneció aislada, y en noviembre de 1850 se habló de trasladarla a la esquina de la plaza de Santiago con la antigua calle de San Miguel.

La imagen de Santa Eulalia, que se alza sobre una peana, lleva la palma del martirio en la mano derecha, ya que sufrió múltiples tormentos a inicios del siglo IV. Se trata de una pieza muy bien realizada que sigue el canon de nueve cabezas de altura, tiene un aspecto noble, un rostro agraciado y un tratamiento de la ropa como si fuera un artista que conociera el arte italiano del Renacimiento. El autor es desconocido, aunque Garriga piensa en un artífice muy italianizante o quizá de procedencia italiana. Este escultor también podía haber trabajado en otras obras del Consejo de Ciento realizadas entre el 1559 y el 1580: los relieves alusivos a los orígenes históricos y legendarios de la ciudad en la fachada del Trentenari (sala restaurada en 1929 después de que fuera desmembrada la 1847), o el relieves de los bustos de cinco consejeros y cinco virtudes que había en el cuarto de los cinco consejeros (actualmente en el Museo Santacana de Martorell), o las figuras que flanquean el escudo real de la actual puerta del salón de ciento.