Piedad

La Piedad es un monumento nacido por suscripción popular y auspiciado por la Asociación Pro Inmolados por la Libertad de Cataluña. La idea era instalarlo en el Fossar de la Pedrera, que nacía para sustituir el humilde Fosa Común de Montjuïc. En febrero de 1981 fue presentado al foso el proyecto, obra de Fernando Ventura, en presencia de los políticos Felip Solé Sabarís, Miquel Coll i Alentorn y Jaume Sobrequés, como un homenaje a todos los ejecutados por el franquismo en Cataluña tras la Guerra Civil. La idea de Ventura mereció el apoyo de tres críticos de arte (Enric Jardí, Daniel Giralt-Miracle y José Corredor-Matheos), que pidieron al Parlamento que esta obra, fundida en bronce, fuera colocada en el Fossar de la cantera.

Pasaron tres años mientras Ventura llevaba a cabo su Piedad. Poco antes de las elecciones autonómicas de 1984, se decidió poner el original en piedra de Ulldecona en la entrada de la biblioteca del Parlamento de Cataluña, cuando era presidente Heribert Barrera. Un veterano que asistió al acto entregó al alcalde Pasqual Maragall una insignia de teniente del Ejército de la República. Fue, pues, un acto emotivo, en el que estuvieron presentes, entre otros políticos, Macià Alavedra, entonces consejero de Gobernación, y Miquel Coll i Alentorn, líder de Unión Democrática. Ante la Piedad, otra asociación, la de ex-pressoners políticos, había puesto una placa escultórica, obra de Josep Maria Subirachs, conocida como La resistencia. Primitivamente, la placa estaba dentro del edificio del Parlamento, pero se consideró conveniente juntar las dos piezas.

Siete meses después, el 21 de octubre de 1984, fue colocada la versión del monumento de Ferran Ventura en bronce en el Fossar de la Pedrera. El conjunto escultórico, una mujer que sostiene un hombre muerto -una piedad clásica- hace 2,30 metros de altura.