Nacimiento de Venus

El grupo central de la cascada representa el nacimiento de Venus y consta de la figura de la diosa derecha con los brazos alzados y dos náyades tumbadas en los pies, a la vez que una gran concha, el conocido atributo del nacimiento de la diosa, cierra la composición detrás del conjunto.

Este grupo está sobre un grupo de rocas irregular de donde nace el primer surtidor de la cascada. En el siguiente salto de agua hay cuatro caballos de mar, con las patas delanteras rampantes y con medio cuerpo de pescado, y da por hecho que el conjunto principal apoya sobre un carruaje imaginario. La aparición de los caballos es extraña en el tema del nacimiento de Venus, ya que fue llevada hacia la costa por los vientos sobre una gran concha, que es la imagen más usual.

Se puede explicar la existencia de estas cuatro figuras y de la inexistente carruaje a partir de la Cascada proyectada por Henri Espérandieu en Marsella (realizada entre 1862 y 1869), que inspiró Fontseré (éste había visitado la ciudad francesa) y que tiene una composición muy similar. El tema central del conjunto escultórico es una alegoría del río Durance realizada por Jules Cavelier (París, 1814-1894), acompañada de las alegorías de la vid y del trigo, que reposan sobre un carro tirado por cuatro toros en una posición idéntica a la de los caballos de la Ciutadella, con las patas rampantes como si saltaran la plataforma de la cascada. La aparición de los caballos en el nacimiento de Venus, pues, se puede explicar como una transposición formal desde el conjunto marsellés en la cascada de Barcelona y, por tanto, pierde el significado iconológico, aunque el recurso resulta muy efectivo en el caso de Barcelona, ​​ya que la cascada es más vertical.

El programa de Marsella celebraba la llegada a la ciudad de las aguas del río Durance 1847, después de muchos trabajos -más de 300 kilómetros de canales- para regar una región muy seca, con la prosperidad que implicó (representada por las alegorías de la vid y el trigo). El Durance es un río de la Camarga, conocida por sus toros, lo que hace el conjunto iconològicament coherente y narrativo.

La composición de las tres figuras demuestra la gran frontalidad con la que los hermanos Vallmitjana diseñaron el conjunto, pensado para ser visible desde la base de la cascada, a gran distancia, y buscaron realzar la figura de Venus: la figura se recorta contra el cielo, ya que no tiene nada detrás, y enmarcada perfectamente por el arco de triunfo de la arquitectura, exagerando el movimiento de los brazos, muy dinámico y contrapuesto respecto del grupo compacto que forman las dos náyades con la concha.

Este conjunto se atribuye normalmente a Venanci Vallmitjana, por la comparación con otras obras individuales de los dos hermanos. La Venus, muy elegante, transmite la sensación de que empieza a despertarse, con la cabeza poco alzado y la mirada baja, al tiempo que el vigoroso gesto de los brazos -con cierta consonancia con la figura central de la danza de Carpeaux realizada en 1869- le dan una tensión remarcable, subrayada por el movimiento del la larga cabellera movida por el viento.