Marià Fortuny

Calle Pintor Fortuny con Xuclà

Escultor: Miguel Oslé, firmada
Materiales: Mármol blanco sobre pedestal de piedra de Montjuïc
Inauguración: 20 de junio 1942

La primera idea de hacer un monumento a Mariano Fortuny (Reus, 1838 - Roma, 1874) fue de Ignasi Iglesias, cuando era concejal del Ayuntamiento, en el año 1911. Se formó una comisión ejecutiva en febrero de 1912, pero el proyecto de monumento no tuvo éxito. En 1918 reavivó el entusiasmo ciudadano por Fortuny, de la mano del crítico de arte Joaquín Ciervo y del Círculo Artístico. Se formó un comité en favor de Fortuny que promovió una campaña impresionante, con conferencias, artículos, exposiciones, rifas y recaudaciones de donativos. Con el dinero conseguido se encargó una estatua del pintor a los escultores Miquel y Llucià Oslé y, a continuación, se pidió al Ayuntamiento que ofreciera un lugar ciudadano donde colocarla como monumento. Al principio se pensaba en los jardines que hay delante del Palau de la Virreina o bien en la plaza Real.

Mientras tanto, quebró el Banco de Barcelona, ​​donde se habían depositado el dinero del comité en favor de Fortuny, y los hermanos Oslé se encontraron con un encargo a medias entre manos que no sabían cuándo ni cómo cobrarían. En 1922 tenían prácticamente terminada la escultura, pero todo quedó atascado hasta el 1934, cuando se cumplió el sexagésimo aniversario de la muerte del pintor.

Esta vez la iniciativa la tomó el Ayuntamiento. La Navidad de 1932 se habían quemado los almacenes El Siglo, y el derribo del edificio había permitido abrir la calle Pintor Fortuny hasta la Rambla. Se pensó que no había ningún otro lugar más adecuado para el monumento que aquel lugar que llevaba el nombre del artista. Pero la calle era estrecha y no permitía que el monumento se colocara en medio, de manera que se tuvo que optar por el sistema de hornacina. El caso es que los hermanos Oslé, al empezar a hacer la estatua, habían pensado en un monumento que se colocaría en una plaza para que se viera por todos lados, y se habían lucido haciendo un trasero que, según los entendidos, es el más interesante de la estatua, con los pliegues de la pañería y los grabados en la piedra donde el pintor es sentado. La solución de la hornacina impediría ver este detrás, pero no se supo encontrar ninguna solución mejor y el Ayuntamiento suscribió un acuerdo con el Banco Hispano-Colonial según el cual éste se comprometía a hacer la hornacina en la pared de su edificio que da a las calles Xuclà y Pintor Fortuny. En 1936, la fachada del edificio que daba al trozo de calle de nueva apertura se había acabado y la hornacina estaba hecha, pero la Guerra Civil impidió que se llegara a poner la estatua y se hiciera la inauguración oficial del monumento.

El 15 de junio de 1939, Carles Fages de Climent publicaba en La Vanguardia Española un artículo llamando a celebrar, aunque fuera con retraso, el centenario del nacimiento de Mariano Fortuny, que según él había tenido lugar el 8 de junio de 1938 , fecha documentalmente muy incierta. Fages de Climent recordaba la estatua hecha por los hermanos Oslé antes de la guerra y el espacio reservado en la calle que llevaba el nombre del pintor.

El artículo de Fages de Climent animó al Ayuntamiento de Barcelona a la instalación del monumento. Había tres hechos que lo hacían posible: la idea del monumento había sido impulsada por el ayuntamiento del Bienni Negre (gobierno de la derecha durante la Segunda República) y, concretamente, por el concejal Ramón Coll y Rodés; los autores eran los hermanos Oslé, a los que el capitán general acababa de encargar el monumento a los caídos del foso de Santa Elena, en el castillo de Montjuïc; y el hecho de que Fortuny fuera uno de los pocos artistas catalanes bien vistos por el nuevo régimen. La inauguración oficial del monumento, ya colocado, se hizo el 20 de junio de 1942.

  • Raval
  • C. del Pintor Fortuny, 3

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