La Diosa

La Diosa de Josep Clarà fue, desde el primer momento, la escultura más popular de las instaladas en la plaza de Cataluña con motivo de la reforma de 1928. Moldeada desde 1910, el autor la bautizó al principio como El enigma. En la plaza de Cataluña sufrió inmediatamente las iras de los recatados, que la hicieron retirar al igual que ocurrió con otras esculturas de figuras desnudas. Sin embargo, las presiones hicieron que se pusiera de nuevo pocas horas antes de inaugurar la Exposición Internacional el 15 de mayo de 1929. Diez años después y por idénticas razones morales, fue cubierta por los franquistas que habían entrado en Barcelona después de tres años de guerra. La prohibición de poder mirar duró poco y la destaparon de nuevo. La Diosa, sin embargo, había sufrido algún desperfecto a causa de una bala perdida en julio de 1936. Clarà, molesto por el mal estado de la escultura, se puso una rana y la limpió él mismo. En 1982 era la contaminación lo que la perjudicaba y se decidió trasladarla al vestíbulo de la Casa Grande, mientras se dejaba una copia, obra de Ricard Sala, en la plaza de Cataluña.