Homenaje a Picasso

Passeig Picasso

Escultor: Antoni Tàpies
Arquitectos: Roser Amadó, Lluís Domènech y Girbau
Materiales: Vidrio laminado, estructura metálica y objetos
Inauguración: 18 de marzo 1983

Cuando Oriol Bohigas era delegado de Urbanismo (1980-1983) encargó a Antoni Tàpies un monumento que honra la memoria de Pablo Picasso (Málaga, 1881 - Mougins, Francia, 1973), artista formado en Barcelona, ​​donde vivió intermitentemente los años del cambio de siglo. Sólo le indicó el lugar donde se instalaría, el paseo que llevaba el nombre del pintor desde diciembre de 1979, junto al Parque de la Ciutadella. El lugar elegido estaba marcado por la presencia cercana del umbráculo y las rejas del parque. Tàpies trabajó conjuntamente con los arquitectos Lluís Domènech i Roser Amadó, que luego harían la rehabilitación de la editorial Montaner y Simón en la Fundación Tàpies. El artista decidió que pondría un objeto y que lo envolvió en un cubo de cristal de cuatro metros de lado. Un sofá destartalado y atravesado por unas lanzas fue el objeto elegido "para expresar plásticamente que la obra de Picasso fue siempre antidecorativa y anticonformista" según escribió Lluís Permanyer. Una sábana blanca hace como de lado, con tres frases del pintor: "Cuando no tengo azul, pongo rojo"; "Lo que me salva es hacerlo cada día peor", y "No, la pintura no está hecha para decorar pisos, sino que es un arma de guerra, ofensiva y defensiva, contra el enemigo". Las lanzas que se estrellan contra el mueble sirven también para sostener el techo y ocultar los tubos que llevan el agua hasta los cristales, para dar la sensación de relación con el estanque donde el monumento está situado. Es una obra con problemas de conservación, por lo que el agua que ha de mojar mansamente los cristales no siempre funciona. Fue inaugurada el 18 de marzo de 1983. Desde su inauguración, ha suscitado alabanzas y críticas para que se aparta claramente del concepto tradicional de monumento.

En 2006, coincidiendo con el Año Picasso, se llevó a cabo una restauración total, ya que los problemas de humedad lo habían deteriorado gravemente. Los muebles originales se tuvieron que hacer prácticamente nuevos, las barras de hierro se sustituyeron por acero inoxidable, se creó un nuevo sistema de ventilación para evitar condensaciones y otro de recirculación del agua. Aún así sigue siendo una pieza con dificultades técnicas de mantenimiento, especialmente en cuanto al circuito de agua ya las agresiones contra los cristales que, a pesar de ser laminados de cinco centímetros de espesor, reciben periódicamente las consecuencias de gamberradas que consiguen dañarlos.

  • S. Pere, S. Caterina i La Ribera
  • Passeig de Picasso

logo footer


Zona de Miembros