Faunas

Rossend Nobas, por un precio de 9.000 pesetas según el contrato, firma estos dos faunas encargados de cerrar compositivamente el grupo central de la fuente. Son seguramente la cuestión formal y su relación con el concepto de fecundidad lo que nos lleva a encontrar estos dos fieles seguidores de las comitivas de Baco, nada habituales en las representaciones del nacimiento de Venus. A la izquierda de la diosa aparece el dios Pan tocando la siringa, la flauta que inventó mientras perseguía la ninfa del mismo nombre que, para huir de él, se convirtió en un grupo de cañas. Lleva sus atributos como dios de los rebaños: una cabra en su seno y una vara de pastor; también nos muestra los cuernos mientras parece recordar, anhelado, la desaparecida belleza de Siringa que ahora coge con su mano en forma de instrumento musical. A la derecha de Venus, haciendo pendant, Nobas realiza un fauno, cubierto con una piel de león y adornado con hojas de vid, en referencia al culto báquico. Con sus manos coge dos crotales que abandona, boquiabierto, ante la visión de las bellas náyades que habitan la fuente. El dominio técnico del escultor es bien notable en esta pareja: sólo hay que fijarse en la lograda expresión de las caras de los faunos y el equilibrio compositivo que establecen entre ellas y con el resto del conjunto.