Evocación marinera

La aparición de esculturas de arte abstracto en la calle provocó una serie de polémicas. De hecho, ya estalló la primera en 1958 cuando La catedral, de Josep Maria Subirachs, obtuvo ex aequo el premio San Jorge que otorgaba la Diputación de Barcelona, y algunos críticos manifestaron su disconformidad. Cuando el Ayuntamiento de Barcelona encargó también a Subirachs un monumento marinero tropezó con el rechazo de la Comandancia de Marina que no quería que fuera colocado delante de su edificio. Finalmente, el Ayuntamiento lo puso delante de donde estaba el Instituto de Investigaciones Pesqueras, al final del paseo Nacional, hoy de Juan de Borbón, y fue inaugurado el día de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, el 16 de julio de 1960. Aunque meses después, el diario falangista La Prensa pedía que se cambiara por una escultura más clásica, un pescador obra de Miguel Oslé.