El Negre de la Riba

En 2003 se celebró el primer cuarto de milenio de un barrio tan entrañable como la Barceloneta. Dos vecinos, David García y Óscar Pérez, que montaron la empresa Constructores de Fantasías, dedicada al atrezzo teatral, propusieron a la comisión organizadora de los actos de tan significado cumpleaños poner en algún muro bien visible del barrio una reproducción en fibra de vidrio de un famoso mascarón de proa que se encuentra en el Museo Marítimo, el Negro de la Riba. La idea fue bien acogida y aquel año mismo fue colgada en el lugar elegido, el número 4 de la calle de Andrea Doria, con el pasacalle y la fiesta correspondiente, organizada en colaboración con el grupo teatral Cuarto de Casa, pero fue una joya PROVISIONAL, ya que el muro en cuestión debía ser rehabilitado y hubo que retirar el flamante mascarón. Finalmente, en mayo de 2005 ha sido colocado definitivamente. Una razón que había estimulado García Pérez a hacer la figura fue la propuesta de Xavier Cordomí de construir más figuras para la imaginería festiva de Barcelona.

El Negro de la Riba es un mascarón de proa que muestra un guerrero indio, los indios de las llanuras de Estados Unidos, y que formaba parte de un bergantín del siglo XVII que llegó al puerto de Barcelona hacia el 1860. Se le quedó, en desguazar el barco, una tienda náutica del muelle de la Riba, en la Barceloneta, razón por la cual la figura comenzó a ser conocida, dado su color oscuro y también a creerse que era un guerrero africano, como el Negro de la Riba. Después fue a parar a un almacén de la avenida de Icària, entonces todavía paseo del Cementerio, luego a otro almacén de vinos de Poblenou y finalmente fue vendido a un hombre que tenía una torre en el Carmelo, que fue quien cedió la figura en el Museo Marítimo.