El Comercio

La escultura clásica del dios Hermes, situada en la fachada del Casino Mercantil -también llamado El Borsí-, está directamente relacionada con los movimientos mercantiles y de contratación que tenían lugar en el interior del edificio. Presentada como una alegoría del comercio, el dios más popular de la Roma imperial, protector de los viajeros y de los mercaderes, aparece representado en toda su majestuosidad en una escultura de una gran habilidad técnica. Desde el calzado, las características sandalias aladas, hasta el tocado con el sombrero redondo, conocido por los viajeros griegos como pétaso (petasus), los atributos clásicos van apareciendo. Así, en la mano derecha lleva una bolsa de monedas y en la izquierda sostiene el caduceo con las serpientes entrelazadas, elemento distintivo de los embajadores. En segundo término, está la muela, símbolo de las acciones o intercambios de la vida humana, la que siempre va con otra muela para poder realizar la acción de moler. A la derecha de la figura hay una cigüeña, que significa la ayuda. Según indica Cesare Ripa en su libro Iconologia, fechado en 1593, del mismo modo que las cigüeñas, al volar, como que tienen el cuello muy largo, se cansan y el apoyan detrás de otra, los hombres necesitan ayudarse entre ellos.

El escultor Rossend Nobas, en esta ocasión, se muestra continuador y ferviente admirador de los modelos de la Antigüedad y del Renacimiento italiano en el cuidadoso estudio de la anatomía, en la perfección del rostro y en el pliegues de la ropa. Aparte de esto, señalamos la minuciosidad de los detalles, característica que también se muestra en otras obras del artista como reflejo de sus inicios como orfebre. Por este motivo, destacamos el trabajo de relieve de la cenefa del vestido, en la que sobresalen los atributos del dios a modo de ornamento, dos cigüeñas entrelazadas y también algunos elementos de la navegación -dos peces y un timó-, ya que durante mucho tiempo el comercio y la navegación fueron casi inseparables.