Bañistas, Marina

Joan Rebull hizo el relieve que hay en la fachada de este edificio, haciendo esquina, en 1923, poco antes de ir a vivir a París, cuando era más fuertemente influido por los evolucionistas. Está formado por cuatro placas iguales y se puede observar que no se ajustan exactamente a la medida del espacio que estaba reservado y fue necesario dejar un passepartout algo más ancho junto a bajo. Representa un par de bañistas fuerza tapados, como corresponde a la época, y bien equipados con parasol, toldo y tumbona. El hombre, con gorra, es sentado en el suelo, y la mujer apoyada. Al fondo, a la derecha, dos barcos completan la escena.

Le encargó el arquitecto del edificio, Antoni Puig Gairalt, doce años mayor que él, a quien había conocido Rebull durante su etapa de formación en Barcelona. Rebull pasó toda la década de los años veinte en Francia.

Tanto para Puig como para Rebull, estas obras representan hitos muy significativos de su carrera. El edificio, levantado en 1927 en la Via Laietana abierta pocos años antes, marca el inicio de las influencias art decó y el paso hacia el formalismo. Puig quería que la fachada del edificio fuera de color verde manzana, lo que, visto hoy, parece un claro acierto, pero los técnicos municipales no le dieron la autorización, lo que creó un cierto escándalo en los medios inteligente intelectuales progresistas de la ciudad. Rebull querer hacer también su aportación con esta relieve, que marca un claro rompimiento con el novecentismo de raíz más clásica para iniciar una vía de novecentismo más realista en la que Rebull llegaría a ser una figura clave. Puig construyó este edificio justo antes de que la fábrica Myrurgia.

El edificio tiene dos entradas, una por la vía Laietana número 4, que da acceso temporalmente a dependencias judiciales, y otra por la calle transversal de Joan Massana, aunque lleva el número 6 de Via Laietana, que da acceso a despachos privados y viviendas.