Aribau

El 16 de julio de 1879, una comisión presidida por el industrial Ignacio Jaumandreu puso en marcha el proyecto de hacer un monumento a la memoria del escritor y economista Bonaventura Carles Aribau (Barcelona, ​​1798-1862). La intención era rendir un homenaje al hombre que con su poema, En la patria, había sido el impulsor de la Renaixença catalana.

Se organizaron sendas comisiones en Madrid, donde Aribau había trabajado muchos años, y en Barcelona. La primera fracasó en el intento de recaudar fondos, pero la de Barcelona recogió alrededor de 5.000 pesetas. El 15 de diciembre de 1884, el año que se cumplía medio siglo del poema famoso, el monumento, obra del escultor Manuel Fuxà y del arquitecto Josep Vilaseca, fue puesto en el Parque de la Ciutadella, que todavía estaba en obras. Se aprovechó la semana de fiestas y ferias de Santo Tomás, particularmente él aquel año, con un Te Deum para dar gracias a Dios por haber salvado Barcelona de la epidemia de cólera. (No hubo la misma suerte en 1885, cuando afectó de lleno la ciudad.) Las fiestas tuvieron particular incidencia en el Parque de la Ciutadella, donde se inauguraron también las puertas de la entrada y la escultura de Jaume Salvador , frente al Museo de Geología. En el caso de Aribau había un déficit de 2.500 pesetas, y el Diario de Barcelona abrió una suscripción para enjugar la deuda. El 6 de mayo de 1934, a la salida de los Juegos Florales, como años atrás, y con motivo del centenario de la oda A la patria, se puso una placa en la calle de Aribau, obra del arquitecto municipal Félix de Azua, suprimida durante el franquismo. También se decidió sustituir la estatua de piedra, obra de Fuxà, por una copia en bronce, que se encargó al también escultor Enric Monjo.

El monumento y la balaustrada de la glorieta se restauraron los años 2000-2001 cuando se introdujo el banco circular que determina la entrega del pedestal en el suelo, antes una pequeña colina de jardinería.