Espina del mar

En 1992, en plena fiebre monumental, Josep Marull, entonces gerente del Instituto Municipal de la Salud, encomendó a su vecino Pete Sans, de Camallera, que le buscara una serie de artistas para hacer algunos murales y poner algunas esculturas en el reformado Hospital del Mar, obra de los arquitectos Manuel Brullet y Albert de Pineda. Se pusieron 16 obras, una de ellas una escultura en el patio del vestíbulo que Sans se reservó para él. Para buscar los artistas partió de dos premisas: "que me interesara a mí personalmente su obra y que representara la vanguardia de la Barcelona del futuro". La espina del mar es una obra de proporciones notables, hecha de aluminio y rodeada de plantas.