El poder de la palabra

Dentro de la lluvia de esculturas que llegó a la ciudad en vísperas de los Juegos Olímpicos, esta tiene un significado especial. El Ayuntamiento de Rotterdam, en colaboración con el Ministerio de Cultura de Holanda, hizo donación al de Barcelona de esta obra del escultor holandés Auke de Vries (1937), especializado en piezas monumentales de tubo de acero para espacios públicos, después de unas gestiones de Oriol Bohigas iniciadas en 1987, una vez visitó el taller del artista. Con una altura de 16 metros y situada en un estanque junto a la Ronda del Litoral, tocando ya a la Villa Olímpica, está compuesta por cinco elementos a los que el autor dio los nombres de hélice, girasol, jaula, pelota y estrella; en conjunto, hay quien encuentra la forma de un gran insecto. Queda situada muy cerca de la escultura de Antoni Llena, David y Goliat.

Se instaló en mayo de 1992, y no se ha llegado a hacer nunca una inauguración formal, parece que debido a la contrariedad de las autoridades holandesas que la financiaron respecto a la poca visión que se 'n tiene desde la Ronda del Litoral, ya que la tapa un gran panel indicador.

En 2004, el consulado de Holanda en Barcelona pidió que se restaurara, porque se encontraba en muy mal estado. En ir los técnicos para proceder a las reparaciones necesarias, se dieron cuenta que también se encontraba en muy mal estado la escultura de Antoni Llena, David y Goliat, y extendieron las obras a las dos a la vez. En El poder de la palabra se tuvieron que hacer nuevas soldaduras y aplicar capas de pintura, al tiempo que se reforzaban las bases, podridas por el hecho de que se encuentran sumergidas en la fina lámina de agua que cubre el trozo final del túnel del Cinturón del Litoral donde se encuentra.