Mástiles de la Exposición Universal de 1888

Passeig de Lluís Companys

Arquitecto: Antoni Rovira i Trías

Los mástiles que encontramos ahora ante el Arco de Triunfo son, al igual que éste, un recuerdo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Este era el acceso principal al recinto y como tal, había que engalanarse el para causar una buena primera impresión al visitante foráneo que se acercaba al certamen barcelonés.

El espacio del Salón de San Juan, nombre que recibía entonces el paseo de Lluís Companys, había sido arreglado con las balaustradas con jarras que lo circundan, pero a ambos lados del tramo superior del paseo, el paisaje no era muy alentador, con unas casas bastante sencillas a un lado, y la tapia de unas cocheras y las obras del Palacio de Justicia en otro, lo que deslucía fuerza la entrada ceremonial a la Exposición.

De hecho, los planos iniciales del recinto marcan la posición de la entrada unos cien metros más abajo, es decir, casi en frente del edificio judicial y más cerca de los primeros pabellones monumentales de la Exposición: el Palacio de Bellas Artes y el Palacio de las Ciencias, la visión de los que habría mitigado el aspecto suburbial de aquel lugar.

Pero el deseo de que el Arco de Triunfo fuera un elemento permanente que sirviera, más allá de la exposición, como punto focal de la "plaza" formada por el cruce que tiene delante, determinó situarlo en este sitio entonces poco atractivo. Los mástiles, tipo estandarte, con las banderas de colores, creaban unos hitos visuales que dirigían la mirada de los visitantes hacia el Arco y la apartaban de aquel feo entorno. En este sentido, se busca relacionar al máximo los cuatro palos con el Arco, con la repetición de elementos iconográficos como los escudos y las coronas.

Quizá los únicos elementos discordantes son los yelmos que coronan los mástiles, una referencia directa al mundo medieval, que no tiene ningún eco en el repertorio escultórico clasicista del Arco, pero que es un elemento muy común de las construcciones de la primera etapa de Montaner, periodo que coincide con la intervención de este arquitecto en edificios importantes (y medievalizantes) de la Exposición como el derrocado Gran Hotel Internacional o el del antiguo Café-Restaurante que después acogería hasta el año 2010 el Museo de Zoología.

  • S. Pere, S. Caterina i La Ribera

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