Homenaje a la Exposición Universal de 1888

Cuatro ruedas con dientes -dos de ellas de cuatro metros de diámetro- y unas cuantas barras componen la parte industrial, en forma de collage, del monumento que el pintor Antoni Clavé hizo para recordar la Exposición Universal de 1888 con motivo de su centenario. La petición vino de Josep Antoni Acebillo, que durante los años preolímpicos fue factótum de los encargos monumentales. Las piezas más grandes procedían de una maquinaria obsoleta del puerto de Cádiz y las barras de almacenes municipales. Sobre todos estos hierros, sin manipular, Clavé montó un relieve realizado sobre aluminio de 4,5 metros de altura por 2,4 de ancho, y previó que fuera móvil. El Ayuntamiento respetó la voluntad del artista y limitó el horario de movimiento entre las 12 del mediodía y las 2 de la tarde. Clavé, como escultor, "nació" en 1939, al llegar a su exilio de París, según ha explicado Lluís Permanyer, y desde entonces hizo unas 100 obras. El Homenaje a la Exposición de 1888 fue inaugurado el día de Sant Jordi de 1991.